El acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna es fundamental para el desarrollo económico y social de un país, ya que permite que las empresas y los hogares puedan funcionar de manera eficiente y segura, y también contribuye a reducir la pobreza y la desigualdad. La energía es un insumo esencial para la agricultura, la industria, los transportes, el calentamiento de los hogares y el funcionamiento de los servicios públicos, por lo que el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna es fundamental para el bienestar de las personas y la economía de un país.
La sostenibilidad energética se refiere a la capacidad de un país para satisfacer sus necesidades energéticas de manera sostenible, es decir, de una manera que no comprometa el bienestar de las generaciones futuras. Por su parte, la modernidad energética se refiere a la capacidad de un país de utilizar tecnologías energéticas modernas y eficientes para satisfacer sus necesidades energéticas.
Los países que cuentan con un acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna tienen una mayor capacidad de reducir la pobreza y la desigualdad. Según el Banco Mundial, el acceso a la electricidad es uno de los factores más importantes para reducir la pobreza.
El acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna es también fundamental para el desarrollo sostenible de un país. Las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la quema de combustibles fósiles son una de las principales causas del cambio climático, por lo que el uso de energías renovables y el aumento de la eficiencia energética son fundamentales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
De manera general se podría decir que, el acceso a una energía asequible, y no contaminante es fundamental para permitir que las empresas y los hogares puedan funcionar de manera eficiente y segura.