El crecimiento económico inclusivo es esencial para eliminar la pobreza extrema y lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El crecimiento económico es una condición necesaria para el progreso, pero no es suficiente. Se necesita un crecimiento económico que cree empleos, el trabajo decente y el bienestar de los trabajadores.
El trabajo decente es una condición indispensable para la consecución de un crecimiento económico inclusivo y sostenible. El trabajo decente tiene una triple dimensión: económica, social y política.
La dimensión económica del trabajo decente está relacionada con la generación de empleo de calidad, que ofrece salarios suficientes y seguridad y estabilidad en el empleo, y asegura el acceso de todos a oportunidades de empleo.
La dimensión social del trabajo decente está relacionada con la protección social, la igualdad de oportunidades y el acceso a los servicios sociales, además de unas condiciones de vida y de trabajo dignas.
La dimensión política del trabajo decente está relacionada con el ejercicio de derechos fundamentales, como la libertad de asociación, el derecho de sindicación, la libertad de expresión, el derecho de huelga y el derecho a un trato equitativo por parte de los empleadores.
El énfasis del Programa de Desarrollo Sostenible es promover el crecimiento económico inclusivo y sostenible, el empleo y el trabajo decente para todos. El objetivo del desarrollo sostenible es lograr un mundo en el que las personas puedan disfrutar de una vida saludable y próspera en armonía con la naturaleza. Para lograr este objetivo, se requiere una economía que funcione para todos, que brinde oportunidades de empleo y trabajo decente para todos, y que asegure la igualdad de oportunidades y la reducción de la pobreza.
El empleo y el trabajo decente no solo son medios para el desarrollo sostenible, sino también objetivos en sí mismos.
