El agua es un recurso vital para todas las formas de vida. Sin agua, la vida no sería posible. El agua es esencial para satisfacer nuestras necesidades básicas de higiene, alimentación y salud. También es fundamental para la agricultura, la industria y el energético.
A nivel mundial, el acceso al agua potable y el saneamiento son problemas graves. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 2 mil millones de personas no tienen acceso a agua potable segura y más de 4,5 mil millones carecen de servicios de saneamiento adecuados. Esto representa un grave riesgo para la salud y el bienestar de las personas, especialmente los niños. Además, se estima que gran parte de las enfermedades diarreicas y enfermedades respiratorias infecciosas podrían prevenirse si se mejorara el acceso al agua potable y el saneamiento.
Un aspecto clave a tener en cuenta, es el impacto de proteger y restablecer los bosques, las montañas, los humedales y los ríos para poder mejorar la calidad del agua y para obtener agua limpia, reducir la erosión y el sedimento, y mejorar el hábitat para la vida silvestre. Además, también puede ayudar a reducir el riesgo de inundaciones y deslizamientos de tierra, y puede mejorar el paisaje. Garantizar el acceso universal al agua potable y el saneamiento es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible. El agua potable y el saneamiento son responsabilidad de todos. Todos tenemos un papel que desempeñar en la protección y el mejoramiento de nuestros recursos hídricos. Todos los habitantes de una comunidad deben tener acceso a agua potable segura y a un sistema de saneamiento adecuado. Los gobiernos locales, regionales y nacionales deben asegurarse de que se cumplan estos derechos. Las empresas privadas y el sector público deben colaborar para garantizar el abastecimiento de agua potable y el saneamiento de las comunidades.